Compramos perfumes porque nos enamoran, porque nos permiten expresarnos, porque le dicen al mundo "quienes" somos, nuestra personalidad.
Una fragancia puede manifestar frescura infantil o misteriosa exuberancia; evocar el primer beso, acentuar nuestro lado más seductor o provocar impetuosas reacciones. Según las combinaciones, puede ser un afrodisíaco indispensable o un elemento que induce a la calma. En fin, que el perfume es un arma poderosa que nos complementa. Saber usarlo es un arte..."
Efectos psicológicos del uso del perfume
El uso del perfume es algo muy personal. Los perfumes, desde su creación, se conciben para ser usados por un sexo determinado, aunque ha quedado demostrado que son las mujeres las que más se aventuran a utilizar un perfume con esencias bases pensadas para el hombre y no al revés.
Cuando un perfume es creado, se destina comercialmente a un determinado tipo de mujer o de hombre. Existen personas que siguen esas normas de marketing, se dejan llevar, identificándose con el modelo que la agencia publicitaria ha generado. Pero lo normal, y lo afortunado, es que el olfato decide que fragancia es la que más se ajusta a la personalidad de uno mismo.
Sea como sea, los estudios realizados indican que las personas que se perfuman tienen un mejor concepto de sí mismas que las que no lo hacen. Asimismo, estos mismos estudios revelan que las personas que pretenden destacar socialmente consumen varios perfumes diferentes; en cambio, las personas que quieren pasar desapercibidas, utilizan siempre el mismo.
Pero atención quienes usan siempre el mismo perfume, deben tener en cuenta que al cabo de pocos meses el aroma pasa desapercibido totalmente tanto para el que lo utiliza, como para las personas que le rodean.
¿Qué pasa con el perfume que compran miles de personas? El perfume, como las personas, es algo único y diferente, ya que probado en diferentes pieles, cambia radicalmente. En una persona puede desaparecer a los cinco minutos, en otra, perfumarla un día entero.
Entonces, ¿cuál es tu fragancia favorita?
1) AMADERADOS
2) FLORALES
3) CÍTRICOS
4) DULCES
Desde la India se importaban hacia Egipto, Grecia y Roma grandes cantidades de sustancias aromáticas que eran muy valoradas, como las especias y el sándalo.
Las fragancias pasaron de Oriente a Egipto, donde, los que disponían de agua vertían una pequeña cantidad en los baños, y al salir de ellos se untaban el cuerpo con más de veinte aceites diferentes, creyendo así, estar más cerca de los dioses.
De Egipto pasaron a Grecia. Los gimnasios griegos contaban con una parte para el aseo personal, y allí se podían encontrar infinidad de productos fragante de diferentes formas y colores. Incluso fueron los primeros en comercializar estas sustancias en los mercados, naturalmente, entre un publico muy seleccionado. Pero fueron los romanos los que, ocupados por un aseo personal diario lanzaron el consumo de los perfumes a todos los escalones de la sociedad.
La perfumería se encuentra desde la antigüedad asociada a la ciencia médica. En Grecia, Hipócrates, padre de la medicina, utilizaba pequeños concentrados de perfume para combatir ciertas enfermedades. La capacidad curativa de las plantas o aromaterapia tiene, allí, su origen, aunque posteriormente, en la Edad Media, los perfumes se siguieron utilizando para luchar contra las epidemias y como desinfectantes hasta bien tarde, como por ejemplo en la peste que azotó Londres a mediados del s. XVII.
Paradójicamente con la llegada del Cristianismo y sus mensajes de humildad y pudor, el uso del perfume por parte de las mujeres (mayores consumidoras de perfume a lo largo de la historia) cayó en desuso.
Fue la civilización árabe la que comenzó a experimentar con perfumes tras la aparición de una nueva ciencia, la alquimia. La alquimia aplicada a esta materia pretendía arrebatar las propiedades a las plantas, extrayendo así su quintaesencia. De esta forma, la planta seleccionada era destilada infinidad de veces hasta que sus cualidades pasaban a otro estado.
En el Renacimiento etapa de progreso en todos los campos, los avances en la química permiten perfeccionar las técnicas hasta ahora usadas en la extracción del perfume mediante la destilación. Anteriormente el prensado de pétalos y la maceración de las flores eran las únicas técnicas empleadas, este método permitía la separación de las partes volátiles y menos volátiles de las plantas, consiguiéndose diferentes a una misma materia prima. Y fue posible perfumar todo, desde la ropa y los complementos (guantes, abanicos, pelucas...) inclusive los animales de compañía.